EVAZION

¿Y SI EL VIAJERO SE CONVIRTIERA EN GUARDIÁN?

Maravillarse. Viajar. Cuidar. Cuidarnos los unos a los otros y nuestro espacio vital, nuestro entorno. Esta no es la nueva forma de viajar. Es la única que debería resonar ahora.

Si alguna vez hubo un punto de inflexión en nuestra forma colectiva de viajar, la crisis y la pandemia que acabamos de atravesar podrían ser el detonante. El mundo se paralizó durante unos meses. Se acabaron los aviones, los viajes y el turismo. La naturaleza reclamó sus derechos, rápidamente y en todas partes. La naturaleza nos ha dado una lección de humildad. Nos toca a nosotros aprovecharla. Aumentan las microaventuras y redescubrimos los paisajes que nos rodean. No hace falta irse lejos de casa para vivir y compartir grandes momentos.

Pero el turismo de masas ya no es una opción. Ni siquiera en furgoneta. Lugares abarrotados, basura, paisajes desaprovechados... El viajero ya no es el único consumidor, tiene un lugar que ocupar en el ecosistema. Un papel que desempeñar. Un lugar que no deja huella. O mejor dicho, un lugar que le permita dejar una huella positiva. El viajero de hoy, ya sea a pie, en bicicleta o en furgoneta, puede considerarse un guardián. Por sus actos, por su mirada, por su responsabilidad.

La experiencia de ser nómada en plena naturaleza nos transforma. Probablemente nos sitúa en nuestro lugar en el ecosistema terrestre y nos hace más humildes. No hace falta mucho para asombrarse cuando el espacio está al alcance de la mano. Al despejar el desorden, nos obliga a ver y escuchar mejor, y a respetar.

CREEMOS QUE LOS SERES HUMANOS EN LA NATURALEZA SACAN LO MEJOR DE LA NATURALEZA HUMANA

A imagen de los ecolieux, espacios habitados en la naturaleza que funcionan según principios ecológicos, ¿por qué no deberían funcionar según el mismo principio los vivaques? ¿Por qué los lugares donde nos detenemos, compartimos e intercambiamos con otros viajeros deberían degradarse a nuestro paso? 

En un momento en el que los seres humanos se reúnen en comunidades de interés, en el que los principios de cooperación y ayuda mutua deben volver al primer plano, en el que la crisis climática debe ser un tema central en nuestra forma de organizarnos, ¿cómo podemos reimaginar los viajes? ¿Cómo podemos llevar nuestra sed de exploración y evasión a un círculo virtuoso en el que no seamos nosotros los únicos beneficiarios, sino que se beneficie todo el ecosistema?

¿Y si cuidar nuestro espacio significara comprar tierras colectivamente, compartirlas con otros viajeros que compartan valores similares a los nuestros y crear la primera comunidad de nómadas guardianes de espacios naturales?

Afirmar que amamos la naturaleza ya no nos basta. Los viajeros nómadas, que también somos testigos de nuestro impacto cuando somos demasiados en un mismo lugar, creemos que es hora de reivindicar nuestro papel, de pasar de espectadores a actores, de consumidores a guardianes. Porque dormirse en los lugares más bellos de nuestras regiones es un privilegio al que también deberían tener derecho nuestros hijos.

Philippe

PHILIPPE

testimonio de laurie sobre van life

Laurie

Olivier

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Gayané

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Christophe

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Aurelie

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Eva

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Pierre

Charlotte, que forma parte del equipo Evazion

charlotte

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