Porque cuando se trata de la vida en furgoneta, o de viajes nómadas, aparte de largas caminatas autónomas, seamos sinceros, no te pasas la vida en el vehículo de tu casa. Pasas mucho tiempo en ella, sí, pero no deja de ser una casa sobre ruedas. Y, sobre todo, el punto de partida de un sinfín de aventuras aún por crear. Como diría Aurélie, una viajera de EVAZION, cuando el mundo se convierte en tu casa y la naturaleza en tu patio de recreo, llega inevitablemente el momento de hacer amigos. Aquellos que exploran las mismas tierras, comparten las mismas esperanzas y deseos de descubrimiento. Estos encuentros embellecen el viaje, lo hacen único y dejan los recuerdos más hermosos.
Conocer gente nueva significa también participar en una serie de actividades, desde paddle-boarding hasta escalada en roca, senderismo, pirámides de guijarros y visitas históricas.
Reforzar los lazos familiares
La vida nómada es a la vez plena y vacía, el tiempo pasa de otra manera. Permite pasar tiempo de calidad con otros miembros de la familia, sin pantallas, en una relación diferente con el tiempo. Vivir muy cerca en el día a día también puede reforzar la comunicación, porque este mayor tiempo lo permite. Literalmente "vivís" juntos. Esto también ayuda a crear recuerdos y aventuras. Aurélie nos cuenta que, entre conversación y conversación, se toma un momento para admirar en silencio a sus hijos, que viven su mejor vida, compartiéndola con quienes, ayer mismo, eran unos desconocidos, hoy, sus mejores amigos y mañana, un dulce recuerdo de infancia.
A veces, sin embargo, las cosas pueden ponerse un poco difíciles. El cansancio, el estrés o simplemente lo desconocido del viaje.