¿El roadtrip es sólo para aventureros en solitario? ¿Sólo para parejas jóvenes en busca de espacio y libertad? Desde luego que no. Hay muchas familias que viajan. Y con razón: mientras que la logística extra puede ser un obstáculo, las estrellas en los ojos de sus hijos pueden convertirse en su mayor razón para viajar. Todo es cuestión de perspectiva.
Transmitir a los niños el gusto por descubrir, alimentar su curiosidad y ayudarles a ver las cosas más bellas que ofrece nuestro mundo, ¿no es esa la ambición de todo padre? Hacerles comprender que el planeta es nuestro hogar y que es tan responsabilidad suya como nuestra, como adultos, velar por su respeto. Y escuchar con humildad las lecciones que tienen que enseñarnos en este ámbito. La misión de EVAZION de preservar la tierra cobra todo su sentido en un viaje, ante la lenta fuerza de las mareas, la suave brisa del atardecer, el poderío de las montañas, el más delicado de los rocíos matinales.
En estos momentos de contemplación compartida con nuestros hijos, nada parece más importante que ofrecerles el privilegio de disfrutar de esta belleza el resto de sus vidas, de transmitirles esta capacidad de abrir los ojos al espectáculo que la naturaleza ofrece cada día. Estos momentos también nos recuerdan lo capaces que son los niños de maravillarse ante cualquier cosa, y lo delicioso que es dejarse inspirar por su espontaneidad.
Mete a tus seres más queridos en una furgoneta, lánzate a la carretera y experimenta la increíble sensación de grandeza que se despierta al alejarte de tu vida cotidiana. Están allí contigo y el mundo entero es tuyo. ¿Adónde vas? Adonde sea. El propósito de tu viaje se cumple desde el primer kilómetro, y su sabor es incomparable: libertad.
¿Nunca has probado una aventura en furgoneta? Haz memoria. Tenías casi cinco años y, tras unas cuantas caídas, por fin dominaste el arte de pedalear. Recuerda el viento en la cara, la confianza y la sensación de que podías recorrer el mundo. Era como si tu espectro geográfico se hubiera abierto de repente a una nueva dimensión. Salir en furgoneta con tus hijos hace lo mismo.
¿Cómo se puede hablar de viajar en furgoneta sin mencionar a la gente que se conoce? Cuando el mundo se convierte en tu hogar y la naturaleza en tu patio de recreo, llega inevitablemente el momento de hacer amigos. Personas que exploran las mismas regiones, con las mismas esperanzas y deseos de descubrimiento. Estos encuentros embellecen el viaje, lo hacen único y dejan los recuerdos más hermosos. Cuando compartes un lugar, una historia alrededor de la hoguera, un descubrimiento, sientes que perteneces a esta tierra, estés donde estés físicamente. Vivir esto en familia no es sólo experimentarlo por uno mismo, sino también indirectamente. Entre dos conversaciones, te tomas un momento para admirar en silencio a tus hijos mientras viven su mejor vida, compartiéndola con los que ayer eran desconocidos, hoy sus mejores amigos y mañana un dulce recuerdo de infancia.
Ser padre hace la vida más intensa. Viajar con tus hijos hace que el viaje sea más intenso. Puede que no sea un gran secreto el que desvelo aquí, pero es uno que mi madre tenía ganas de compartir con vosotros en el recuerdo de nuestra última escapada.
Cuando pensamos en la vida en furgoneta, inmediatamente nos viene a la cabeza la idea de adentrarse en la naturaleza, viajar en solitario por parajes salvajes, aislados y en busca de sentido o aventura. Pero hoy en día, el viaje nómada en el sentido más amplio del término es también un asunto de familia, ya sea con niños o adolescentes.
Viajes nómadas. Así es, ha llegado el calor, el verano y con él las ganas de viajar y evadirse de todo. ¿Quién no sueña con subirse a un coche o a un tren y encontrarse en otro lugar durante unos días? Así que hemos pensado que es hora de ayudarle a hacer realidad esos sueños.
Siempre hay preguntas que nos hacemos antes de salir, por eso la planificación es un paso tan importante. ¿Cuándo ir, con quién, en qué región, cuántos kilómetros? ¿Quién no se ha hecho alguna vez esta pregunta?
